5 de julio de 2017

Congreso Nacional Mágico Manresa 2017 - Jueves


Un año más y una crónica más. Intentaré en esta ocasión ser breve. Si fuera un tipo moderno haría un video y lo subiríamos a la red, pero me temo que lo dejaré para la hermana de Jaime Figueroa.

Antes de continuar, animo a la gente que quiera leer una crónica exhaustiva, lo haga con Daniel Arbonés. El tiene un BLOG de magia muy interesante y ha formado parte de la organización, encargándose de la comunicación. Ha realizado un trabajo que marca la diferencia con otros congresos nacionales.

Con el congreso de Manresa, muchos (en Barcelona) éramos reticentes. Una ciudad cerca de Barcelona, pero no lo suficiente como para poder ir y volver cómodamente en tren. También teníamos dudas sobre la capacidad de absorber a casi 600 congresistas, en Hoteles. En este aspecto nos ha quedado claro que no puede, teniendo que auxiliarse con Hoteles de fuera de la ciudad. Un posible problema para un Congreso Europeo, que se realizará en el 2020.
Otro peligroso problema, es que visto lo visto, el aforo de las salas ofrecidas por Manresa, no dan todas las garantías para poder disfrutar de las actividades que se ofrecieron. Problema habitual sobre todo para presenciar magia de cerca, a excepción lógicamente de la sala grande y principal del teatro Kursaal.
Extrañamente no se uso el Conservatorio-Teatro de 500 localidades.

  • Sala grande del Teatro – 803 localidades.
  • Sala pequeña del Teatro – máximo 200 localidades.
  • Espai Plana de l’om – 170 localidades.
  • Conservatorio-Teatro de 500 localidades.



A pesar de todos estos aspectos, la organización del Congreso ha intentado contrarrestarlos, saliendo airosos de las situaciones comprometidas y en general si se le pregunta a la gente, no creo que tenga excesivas quejas. Aunque el problema del aforo fue algo continuo y que molestó bastante en determinados momentos. Es de agradecer el esfuerzo y espero que para el 2020 se anticipen a los problemas que han surgido en esta ocasión.
                                                                           
Llegamos al media día, perdiéndonos la mayoría del concurso de escena y la primera y peor impresión que me he llevado por parte de la organización es que al llegar a la entrada del teatro para acreditarme, me pidieron mi número de inscripción, lo facilité y me dieron la correspondiente bolsa con la información.
Aparentemente no habría nada que mencionar, salvo que no me pidieron ni un comprobante de la inscripción, ni el DNI. No hicieron ningún tipo de comprobación (aparentemente), ni registro, sobre mi persona.

Antes de continuar hay que recalcar una herramienta (ya usada el año pasado) que se tiene que quedar de forma definitiva para el resto de los congresos, la aplicación para teléfonos o tabletas, donde se pueda ver el programa y ser informado de los cambios, avisos, etc. Esperemos que la S.C.P.M.N, lo tenga en cuenta y lo exija a las entidades que gestionen los futuros congresos.

Gracias a un muy lento servicio en un restaurante, llegamos tarde a la sala pequeña del teatro Kursaal donde se realizó el concurso de magia de cerca. Se llenó la sala (200 localidades) y muchos de nosotros no pudimos entrar.
Se indicaba que se habilitaría un sala de video externo, pero no fue así, teniendo sólo la oportunidad de poder verlos en unas “pequeñas” pantallas que tiene el teatro en la entrada o en el restaurante.
Cuando tienes a casi 600 congresistas, realizar el concurso en una sala donde sólo entran 200 personas…
La solución para el resto, no fue en absoluto satisfactoria. Es posible que el concursante se encuentre más cómodo en una sala pequeña, pero el congresista siempre tendrá que verlo por pantalla sea la sala de 200 o de 800.
Otra curiosidad es que por la aplicación del congreso, se pudo ver en streaming el concurso, por el YouTube en directo. No se hasta que punto es legal, por los derechos de imagen. Gente que no fue congresista podría haber disfrutado del concurso con esta aplicación, gratuitamente.

Algo más tarde, volvimos a tener, como el año pasado en Granada una charla distendida con varios magos de la mano de Jorge Blass. El cual entrevistó a Mag Lari, John Carney y Charlie Mag. Viendo la imposibilidad de realizar esta charla en la sala pequeña, tuvieron el acierto de desplazarla a la sala grande, perjudicando en parte, a los compañeros que posteriormente tenían que actuar en la gala inaugural.
Este tipo de charlas, son todo un acierto, el mago está excesivamente obsesionado con su ombligo, con sus mecanismos, sus trucajes y perdemos de vista otros aspectos tan importantes como los que se tratan en estas charlas con magos de una larga trayectoria y que pueden servir de gran consejo para aquellos que quieran empezar. Comentando errores de novatos, indicando que consejos les gustarían haber escuchado en su momento, etc. Algo menos de una hora, que espero se vuelva a repetir en próximos años.


El último acto de esta noche fue la Gala Inaugural: Sabor a Magia.
Artistas: Raúl Alegría, Katrin Weissensee, Gabor Vosteen, Sergi Buka, Sr. Pérez, Quim Moya y Presentador Imanol Ituiño.











Gabor Vosteen

Sergi Buka

Sr. Pérez 

Quim Moya
Imanol Ituiño

Katrin Weissensee

Raúl Alegría


Se hizo una gala, con sabor a magia, números que en otras ocasiones encontramos solo uno de ellos en medio de las galas de magia al uso.
Son números artísticos, no puramente mágicos (imposibles). En muchas ocasiones estos números gustan más al público que la propia magia.
Imanol Ituiño, un simpático presentador, no se cansaba de comentar la poesía de los números, aunque en varias ocasiones, no veo un gran valor artístico, mayor al de la admiración por el proceso de creación.
Este tipo de números resultan más complicados de valorar artísticamente. En primer lugar el espectador tiene que averiguar cual es la intención (narrativa o no) del artista, no siempre explícita. Una vez que creemos saber lo que quiere hacer el artista, podríamos intentar entrar a valorar el éxito de su intención.
No quiero adentrarme mucho más, pero creo que algunos de los números son pura estética sin contenido, que dentro de un tiempo perderán impacto e interés. Destacaría a Katrin Weissensee, aunque me faltó una narrativa mágica (ya que estaba en el CNM), y a Raúl Alegría y Sergi Buka, por su puesta en escena, a pesar de que las sombras chinescas resultan demasiado manidas.


Probablemente una buena gala para abrir boca, aunque la más floja de todas ellas.

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